Se ha calculado que fue pintado entre 1662 y 1665, aunque otras fuentes indican el año 1660.
Es una obra representativa del autor: escena de interior, con pocos personajes, iluminada desde la izquierda, procurando representar con exactitud la perspectiva, como se ve en la mesa, la silla y la viola da gamba en el suelo.
En una habitación iluminada en pleno día, una mujer de espaldas, contra la pared del fondo, toca la espineta, mientras la escucha un hombre que se encuentra a su lado, en pie.
En la tapa del instrumento puede leerse: «La música es compañera de la alegría y medicina para los dolores», aludiendo a su función terapéutica.
Vermeer transmite con su gran detallismo la calidad táctil de las distintas superficies: el mármol, la seda o el terciopelo.