[1] La pócima la elabora mezclando productos peligrosos que encuentra por la casa junto con píldoras para animales.
Los cuece en una olla mientras canta una canción, y luego le da una cucharada a su abuela.
Locatis se preocupa por la abuela, que es sacada de la casa con una grúa y, luego, cabalga a lomos del pony gigante.
Jorge se da cuenta de que había sentido la magia en sus dedos esa mañana.
[2] El libro también puede interpretarse como una crítica sutil a la autoridad adulta y una celebración de la rebeldía infantil.