[1]Tras pasar primero por las colecciones de dos hermanos sobrinos del abad, un siglo más tarde el cuadro en cuestión estuvo en posesión de la familia Brignole, donde se registró en 1756 y 1766 en su residencia de la capital ligur, hasta que fue donado a la ciudad de Génova en 1889 por la última representante de la familia, Maria Brignole-Sale duquesa de Galliera, y expuesto entonces primero en el Palacio Bianco y luego en el Palacio Rosso.
[1] Desde el principio, el encargo del lienzo genovés pareció gozar de gran prestigio, hasta el punto de que Guercino exigió por su realización unos honorarios medios superiores a los que percibía por sus obras que representaban figuras de tamaño natural.
[2] El lienzo se volvió a recubrir en 1822 y de esta intervención datan las dos juntas laterales insertadas para adaptar el cuadro a las dimensiones del cuadrado pintado en la pared sobre la que se colocó.
La restauración de 1991 eliminó el barniz amarillento, devolviendo al cuadro su refinada gama cromática original.
[2] Lo rodea un imponente cortinaje que le da teatralidad a toda la escena.{harvnp|P.