En un pórtico gótico yace Doña Lambra, mujer que falleció joven tras vivir una intensa pasión.
Quien aparece, sin embargo, es otro Eugenio, poeta y deslumbrado por la leyenda de Doña Lambra.
En la negritud de la noche, Sinforosa cree que es su novio que finalmente ha vuelto y el nuevo Eugenio cree que ella es el espíritu renacido de Doña Lambra.
Fortunato aprovecha el malentendido y en el mismo lugar los casa.
Escrita en 1909, se publicó cuatro años más tarde.