[1][2][3] El restaurante es un pequeño local en la Calle 11 casi con la Carrera Sexta.
[4] La diferencia animó a Caicedo a reafirmar sus deseos y entonces fundar un local cerca del recinto religioso, ya que los fieles que asistían salían con hambre.
El local fue fundado en un terreno adyacente a la histórica Casa del florero con el nombre de La chozna.
[2] Comenzaron con venta de dulces típicos como cocadas y brevas con arequipe,[4] ampliándose a la venta de aguapanela y amasijos.
El local —ubicado en la Calle 11— quedaba justo enfrente de una puerta falsa de la catedral, por lo que la población comenzó a referirla como «la aguapanelería de la puerta falsa», por lo que eventualmente su nombre cambió al que sigue detentando.