La tristeza de Telémaco

[1]​ Angelika Kauffmann regresó a Roma en 1782 con su segundo marido, el pintor veneciano Antonio Zucchi.

Calipso indica a sus ninfas que dejen de cantar las hazañas de Ulises, para no entristecer aún más al joven invitado.

Una ninfa sostiene una guitarra-lira, instrumento creado en Francia a finales del siglo XVIII y que en Italia fue fabricado por el lutier napolitano Gennaro Fabricatore.

Pinta, utilizando palabras de Freud, "hermosos jóvenes, de delicadeza y formas femeninas, que no bajan la mirada sino que parecen llenos de ambigüedad..."»[3]​Pintora favorita de la aristocracia londinense que percibió su sensibilidad, Kauffmann sintió la incapacidad práctica del héroe para actuar y exaltó sus emociones.

Además de la versión que se encuentra en el Museo Metropolitano, hay otra en una colección privada suiza y una tercera en el Kunstmuseum de Coira.