La vera costanza

Los números musicales se suceden con agilidad, las arias son concisas, alternan con breves recitativos “secco”, conjuntos vocales y sus novedosos recitativos “accompagnati" con desarrollo temático, marca de la casa Haydn, que dibujan hasta el más mínimo detalle los procesos anímicos por los que pasan los héroes y heroínas de esta ópera.

El estamento noble queda representado principalmente en las figuras del conde Enrico y la baronesa Irene, mientras Rosina y Masino son la personificación del pueblo llano que sufre por los caprichos de la alta sociedad.

Como es habitual en sus óperas, Haydn no juzga ni castiga, expone los hechos, las actitudes y las consecuencias que de estos se derivan, dejando en evidencia las contradicciones del género humano y sus absurdas convenciones sociales.

El gran mérito de Haydn es conseguir este entramado psicológico por medios puramente musicales, con una orquesta que continuamente describe emociones y situaciones.

Independientemente de la su calidad poética, el libreto tiene las suficientes cualidades para crear escenas contrastadas y mantiene la intriga hasta el final.

Aparece Lisetta con su aria “Io son poverina” sencilla y elegante como corresponde al personaje, la camarera de la baronesa Irene.

Entra el Enrico y nos ofrece una magistral escena en la que la música describe la grave inestabilidad psicológica del conde.

Su accompagnato “Mira il campo, all'intorno”, en donde compara la conquista del amor con la guerra es cómica y patética a la vez.

Acto seguido irrumpe la impetuosa aria “A trionfar t’invita” realzada con trompas, trompetas doblando a estas y timbales, una novedosa “aria di guerra” en 3 secciones extremadamente contrastadas: la primera es marcial con coloraturas del tenor y toques de trompeta al ritmo de los timbales y adornos de los oboes.

La tercera es un brusco arrebato de ira, con difíciles agilidades del tenor hacia el final y sustentado en una orquesta agresiva y amenazante que culmina en un episodio final grandioso, de sonoridad puramente "beethoveniana".

El aria que le sigue “Con un tenero sospiro”, en La mayor, es bipartita con dos secciones muy contrastadas, la primera en tempo andante es una amarga queja por el desamor sufrido, mientras que la segunda “Come oh Dio potè l’ingrato” comienza súbitamente en tempo agitado y culmina en otro episodio arrebatado y dramático; es como una contrapartida de este personaje femenino a la escena anterior de Enrico.

La segunda parte del aria es en tempo “Vivace” y nos devuelve de nuevo al Villotto que conocimos en el 1º acto.

La siguiente escena es el accompagnato “Ah non m’inganno, è Orfeo” y el aria “Or che torna il vago Aprile” con música de Pascuale Anfossi, que compuso una ópera homónima 3 años antes que Haydn, no sabemos si el autor austríaco intercambió o regaló su propia música a otro autor, cosa habitual en la época, pero de momento no ha aparecido el original.

Algo parecido sucedió con el Duetto “Quel tuo visetto amabile” de la ópera “Orlando Paladino” de la que Haydn arrancó sus páginas y lo regaló a Vicente Martín y Soler para su ópera “Il burbero di buon cuore”.

Las secciones 1 a 3 progresan en velocidad y dramatismo, la siguiente en tempo adagio es el centro emocional del Finale, un bello diseño melódico describe la súbita nostalgia y preocupación de Enrico por la ausencia de Rosina.

Volvemos a la tensión con la aparición del resto de personajes que sorprenden al conde en un inesperado idilio con la humilde pescadora.

Esta música está compuesta en una tonalidad que comienza a ser muy importante para Haydn, Si b M, la misma en la que escribirá varias de sus mejores obras posteriores, como las Sinfonías 98 y 102, la Sinfonía Concertante o las grandes misas sinfónicas como la "Theresienmesse" de 1799 o la "Harmoniemesse" de 1802, su última magna obra completa.

Haydnsaal del Palacio Esterházy en Eisenstadt.
La vera costanza, libreto 1779.
Élie Haguenthal. Telón de escenario.
Rosina y su hijo junto a una torre en ruinas.
Rosina abandonada y en la miseria.