Él es un hombre despiadado y ambicioso cuyo gran propósito en la vida es la acumulación desmedida de poder.
Es allí cuando Verónica ve por primera vez a Gustavo y es por ello que, en principio, lo supone involucrado con la red.
Más tarde, Gustavo, buscando información, se acerca a Verónica quien en ese momento actúa de encubierta como prostituta.
Para Verónica todas sus certezas se rompen: su próxima boda con Esteban, la seguridad sobre sus sentimientos, la frialdad de la rutina sentimental que siempre ha sentido.
Toda su existencia sufre un colapso cuando comienza a sentir que Gustavo es el hombre de su vida.