Otro aprovechamiento importante del estanque a lo largo de su historia ha sido la pesca.
Para mantener la población piscícola del lago, se han llevado a lo largo de los años diferentes repoblaciones.
Hoy en día, si se quiere realizar la práctica de la pesca deportiva dentro del estanque hay que tener la pertinente licencia que da la Oficina Comarcal del DARP en Puigcerdá.
Aunque nunca se llevó a cabo su construcción, el proyecto para el aprovechamiento del agua del lago para producir electricidad se presentó el 3 de marzo de 1895.
El proyecto contemplaba hacer una central en la parte baja del "còrrec del Dagué" donde llegaría una tubería de hierro que llevaría el agua, aprovechando el fuerte desnivel, permitiendo la producción eléctrica.
El lodo que se extraía era vendido o dado como guano para fertilizar los campos.
El Ayuntamiento tenía dos arrendadas a Bartolomé Puig y estipulaba, mediante ordenanza municipal, los precios de su explotación.
También estipulaba que todo propietario o vecino del municipio tenía derecho a tener una barca y poder explotarla económicamente previo pago de 5 pesetas al arrendatario.
De este partido se hizo eco el diario El Mundo Deportivo con un artículo publicado el día siguiente, en la página 6.
[3][4] Posteriormente, estos partidos iniciales de hockey hielo se realizaron en el campo del Sadó, junto al estanque, donde también se construyó una piscina y una pista de tenis.
Hoy en día se desconoce la forma y perímetro original del estanque.
En el siglo XVII, las representaciones cartográficas lo presentan como un estanque de forma ovalada irregular y con apariencia natural.
Hasta finales del siglo XIX no hubo ninguna isla en el lago.
Su construcción se llevó a cabo con el fin de construir un quiosco en el centro del estanque.
Con la remodelación de 1991- 1992, ésta ha sido descabezada por debajo del nivel del agua y sustituida por otra más cercana al parque y donde se accede por un pequeño puente.
En su interior se ubica una edificación destinada a las palomas, cisnes y patos.
La primera iluminación se llevó inicialmente para la Fiesta del Lago con farolillos.
Éste fue en principio de carácter perimetral ya propuesto por Bonaventura Vernis; aprovechó las obras del campo del Sadò para instalar unas columnas para sostener el cableado y hacer una de radial.
La iluminación interior se complementaba con unas sencillas farolas situadas en los paseos del lago hasta la remodelación del año 1984, cuando fueron sustituidas por unas más grandes y de hierro fundido, coronadas todas ellas con el escudo de la villa.
Posteriormente, en 1946, se construyeron dos quioscos para la venta de recuerdos y fotografía frente al embarcadero.
En este lugar se podía alquilar una vuelta en burro por el perímetro del lago y el Parque Shierbeck.
Sin embargo, con la última remodelación del año 1991-92, se volvió a construir un nuevo cubierto, mucho más grande, y se decidió darle otra utilidad, ubicando en ella el servicio del Bibliollac.
Con la remodelación de 1991-1992, desapareció, siendo reemplazada por una situada más al norte del Parque Shierbeck.
Posteriormente, este edificio se utilizó para ubicar la Academia Mont-Cerdá y años más tarde la Escuela de Formación Profesional.
Con la remodelación de 1991-92 se sacó una gran secuoya situada en la plaza del estanque y se sustituyó por un surtidor de agua con su correspondiente cascada escalonada en dirección al estanque, por el paseo central.