También se encuentran pequeños grupos de esta etnia en Laos, Vietnam y Tailandia.
A principios del siglo XVIII esta etnia estaba ya establecida en los territorios en los que habitan actualmente.
El piso superior, destinado a vivienda, suele dividirse en dos habitaciones: una sala y un dormitorio, común para toda la familia.
Si en esas fechas aparece alguna visita inesperada, ésta será la encargada de escoger el nombre para el recién nacido.
Cuando muere alguien en el poblado se disparan tres tiros al aire que tienen una doble función: por un lado sirven para anunciar la muerte al resto de los vecinos; por otro, se considera que estos disparos sirven para ahuyentar a los malos espíritus.
Todos los miembros del poblado dejan de trabajar el día en que se celebra un funeral.
La mayoría de los poblados lahu tienen un templo dedicado a esta divinidad al que no puede acercarse ningún extranjero.
Durante la dinastía Qing, llegaron a la zona algunos monjes budistas procedentes del área de Dali.