En ese medio interpretó el personaje de un duende en un programa radial rosarino y más adelante en el tiempo, llegó a ponerle la voz a Clemente, el personaje creado por el dibujante Caloi.
Ese día se realizó, en el estadio de Newell’s Old Boys (en Rosario), el recital Rosariazo Rock 83, protagonizado por Litto Nebbia y Juan Carlos Baglietto como figuras centrales.
En este espectáculo se reunieron varios de los compositores ―como Adrián Abonizio y Jorge Fandermole, entre otros― que alimentaban el movimiento de músicos rosarinos que recientemente había cautivado al público nacional desde su presentación en Buenos Aires.
El artista gozaba de un alto concepto entre sus colegas y fue sesionista de muchos músicos, como Litto Nebbia, León Gieco, Fito Páez, el Cuarteto Zupay y Rubén Juárez, entre otros.
En los años noventa estableció una estrecha relación amistosa y profesional con Adrián Abonizio.
Hacia el año 1997, Adrián Abonizio, Rubén Goldín y Jorge Fandermole sumaron voces e instrumentos para dar vida, junto a De los Santos, al grupo Rosarinos, con el que grabaron un álbum de estudio.
Aunque la banda nunca se consolidó como tal, ofreció algunos esporádicos conciertos hasta su disolución.
[1][2] Si bien la banda se disolvió formalmente, los cuatro amigos siguieron haciendo actuaciones juntos.
[5] En su vida dejó un himno no oficial para su ciudad natal (el «Tema de Rosario»), una oda al goleador del club de fútbol Rosario Central, Aldo Pedro Poy («Vuela, Aldo, vuela», homenaje explícito al «gol de palomita» que el futbolista le hiciera a Newell's Old Boys en la semifinal del campeonato nacional de 1971),[6] tres discos solistas y uno con Rosarinos, y a su único hijo Iván (1986-), también músico.