Las 5 hendiduras branquiales son largas y todas ellas están por delante del origen de la aleta pectoral.
La aleta caudal es grande, en forma de medialuna y con una muesca subterminal muy poco marcada.
Esta especie se ha descrito tanto en solitario como en grupos y agregaciones de alimentación.
Algunos autores lo consideran como potencialmente peligroso para las personas debido a su tamaño y actividad, pero nunca o muy rara vez se ha acusado en un ataque contra personas o barcos..[2][3] Este escualo es un depredador ágil que se alimenta de cefalópodos y grupos de peces pelágicos y demersales de pequeño-mediano tamaño (caballa, arenque, sardina, bacalao, peces planos, atún etc.) aunque también puede depredar a otros tiburones.
Debido a esta intensa sobrepesca la población del Atlántico norte ha sufrido un acusado descenso (hasta un 89%) en los últimos 40 años.
En consecuencia, es una especie que a días de hoy es poco abundante y los ejemplares son cada vez más pequeños.
Comercialmente se le captura en gran cantidad con palangre de deriva y en menor número con artes menores; es también apreciado en la pesca deportiva por la potencia de su tracción, aunque no suele saltar fuera del agua como lo hace su pariente el marrajo.