En la ciudad más sucia, oscura y grande del mundo, alguien está buscando a Enola Holmes: el detective más famoso del mundo, su propio hermano, Sherlock Holmes.
Pero si quiere luchar por la libertad, la suya y la de su madre, deberá escapar de él y seguir probando que su madre estaba en lo cierto cuando decidió llamarla Enola, leído al revés, alone (sola).
En su huida, descubre unos dibujos al carboncillo ocultos y se pregunta si la chica que los creó será como ella; su alma gemela.
Ni tan siquiera el mismísimo Sherlock Holmes tiene la más mínima pista sobre su paradero.
Mientras tanto, no sabe que Sherlock está sólo unos pasos detrás de ella.
Después de varias visitas a Nightingale, Enola descubre que trabajó como espía durante la guerra.
Se da cuenta también de que las funciones le quitarían tiempo para escribir cartas y así lograr una reforma social para los necesitados.
Por su parte, Sherlock acepta a Enola como colega en su profesión y señala que espera ansiosamente sus logros futuros.