Las fuerzas vivas

Pocas cintas en el Cine Nacional Mexicano han reunido la enorme cantidad de sobresalientes actores y actrices como las que participaron en esta película.

Ayuda a los conservadores el cura del pueblo Víctor Junco que no puede ocultar su odio por los liberales, y quien es seguido por los prohombres del pueblo, como: el juez Carlos López Moctezuma, el boticario, etc., todos seguidores de Don Porfirio, todos al pendiente de lo que sucede en las cortes y casas reales europeas.

La película aborda la problemática de la Revolución Mexicana desde diversos ángulos, el drama de la clase media atrapada entre la clase más humilde, carente de ideales y únicamente utilizada por la clase media como fuerza de choque; el profundo desprecio que sienten los conservadores hacia los liberales y que a su vez es bien correspondida por éstos hacia aquellos; el drama de los intelectuales, de los maestros, personificados en la inmejorable actuación del actor Héctor Ortega, siempre hambreados, siempre mal pagados, como por ejemplo, cuando le dice a Enrique Lucero yo tengo hambre, hambre, y cuando este último le replica que él tiene sabiduría, el maestro le responde: "...pues hazte un taco de sabiduría a ver si puedes..."; o bien cuando estaban en la cárcel, una señora Amparo Arozamena le dice a un soldado: "...cállese porque le doy con la olla del mole..." y el maestro pregunta: "...Trae mole, de guajolotito..." y al final cuando todos están peleando, el maestro comiendo, como símbolo de lo mal pagado que están en México los mentores.

Retrata también al ejército, personificado por Chucho Salinas, el Coronel, que en varias escenas se autocondecora, poniéndose a sí mismo preseas y medallas.

Refleja también en los conservadores, el oficio de poder, de mando, de prontos a traicionar y traicionarse inclusive a sí mismos, arreglándose tanto conservadores, como liberales, llegando a acuerdos, haciéndose recíprocas promesas que en la vida real, pronto serían rotas y dejándose tanto en la cinta, como en la realidad, fuera del templete donde están reunidos, al final, tanto conservadores como liberales.