Su padre fue médico personal del zar Alejo I de Rusia y le enseñó a su hijo latín y griego.
Continuó sus estudios en París y Ámsterdam y cuando retornó a San Petersburgo, Pedro el Grande lo envió a la Gobernación de Olónets para estudiar los manantiales minerales del Raión de Kondopoga.
[1] En 1718 fue nombrado médico personal del zar, quien seis años después le ordenó fundar la Academia de Ciencias de San Petersburgo, convirtiéndose además en su primer presidente.
[2][4] Continuó presidiendo la academia bajo la dirección de la emperatriz Catalina I.
Tras la muerte de la duquesa, Blumentrost fue despedido y se mudó a Moscú, donde estableció una consulta médica privada.