[2] En el ajuar alfarero, se cataloga como un gran vaso de base recogida y boca amplia, con una relación entre diámetros mayor del doble, tradicionalmente hecho de arcilla y con los bordes y el interior vidriados.
[4] El lebrillo tiene también un uso culinario, haciendo funciones de fuente, frutero o incluso bandeja.
El uso del lebrillo ya era habitual en las culturas judía y egipcia, aparece en el apartado 12-22 del libro del Éxodo, que se refiere a la plaga que mata a todos los primogénitos egipcios: Durante la época romana se le conocía como labello (diminutivo de labrum o bañera).
[5] Existen testimonios de que los aztecas también lo empleaban:[6] Durante el siglo XVI era una de las piezas cerámicas artesanales más decoradas.
En los hogares españoles ha sido un recipiente tradicional hasta la mitad del siglo XX.