Era hija de Adriana Basile, una cantante virtuosa, y Mutio Baroni.
[1] Fue admirada no solo por sus habilidades como música, en las cuales estaba prácticamente eclipsada por su madre, sino por sus formas educadas y refinadas.
Baroni fue honrada por poetas como Fulvio Testi y Francesco Bracciolini, quienes le dedicaron poemas, como así lo hicieron también algunos nobles como Abalean Gentilicio y el entonces cardenal Clemente IX.
John Milton posteriormente le escribió una serie de epigramas titulados Ad Leonoram Romae canentem.
[2] En 1633, Baroni se trasladó con su madre a Roma, donde cantó en muchas representaciones en el Palacio Barberini.