Leptines (griego: Λεπτίνης) fue un ciudadano greco-sirio del Imperio seléucida y asesino del embajador romano Cneo Octavio Graco.
En 162 a. C., durante el breve reinado de Antíoco V, una embajada romana se desplazó a las ciudades de Siria para comprobar el estado del muy debilitado ejército seléucida.
Durante la visita, el jefe de los enviados, Cneo Octavio, resultó asesinado en Laodicea a manos de un ciudadano llamado Leptines.
Deseando normalizar las relaciones del reino con los romanos, Demetrio detuvo a Leptines, quien lejos de negar su autoría del crimen, se había jactado de ella públicamente.
Leptines fue seguramente castigado con la muerte dentro de los dominios seléucidas.