La presentación al soberano se producía solo una vez, y permitía ser recibido en el resto de cortes europeas.
[2] El estallido de la Segunda Guerra Mundial hizo que no se volviesen a celebrar hasta la actualidad.
Este último solía ser una persona con alguna conexión con el presentante, ya fuera por parentesco u otra afinidad.
Así por ejemplo un funcionario recién nombrado era normalmente presentado por el secretario del departamento correspondiente.
[Nota 1] Hacia mediados del siglo XIX, la hora señalada para el levée en la corte británica eran las dos de la tarde.
Existía un privilegio denominado Entrées (en francés, entradas) por el cual los altos funcionarios, militares y personal diplomático era presentado al soberano justo antes del levée general, en una sala cercana a la sala del trono en la que se producía este.