Buscó rectificar varios problemas que estaban afectando al sector agrícola.
Proporcionó exenciones fiscales y redujo la multiplicidad de impuestos que obstaculizaban la productividad agrícola.
La legislación fue fundamental para transformar las tierras secas (secano) y mejorar el suelo agrícola.
La ley también ofrecía otras ventajas, como madera de propiedad estatal con descuento para la construcción, derechos para explotar canteras y uso de terrenos públicos para talleres, que eran importantes para la inversión en desarrollo agrícola.
La ley también incluía incentivos para el establecimiento de asentamientos rurales y mejoras en los cultivos.