[2] La Ley de Crédito Agrícola, está vinculado directamente al Banco de Crédito Agrícola, sin embargo, el mayor contratiempo que se tuvo para su formación, fue conseguir los capitales para su apertura, debido a que pocos meses antes se había fundado del el Banco de México, S.A., descapitalizando a la comisión monetaria.
Se sugirió no regresar al viejo esquema de la hipoteca, aun cuando el adeudo insoluto fuese considerable.
Recuérdese que los ejercicios anteriores del crédito estuvieron amarrados a la hipoteca, al alto costo de la intermediación financiera y a una tasa de interés de mercado poco atractiva para el negocio agrícola.
Por ello Gómez Morin opinó que, frente a los créditos concedidos por el BNCA, había que extender el tiempo de redención de la deuda hasta que existiera recursos líquidos en las sociedades locales o regionales de crédito, pues únicamente así el deudor se haría responsable de los compromisos mancomunados, sin sentirse ahorcado con la pérdida contigua de la fina o de las tierras hipotecadas.
El pago de intereses y la amortización del crédito quedaban asegurados con los productores de la cosecha y no con la propiedad del inmueble.