La ley de demanda, descriptiva, como la Ley de los gases ideales, no es normativa, establece que, manteniendo todo constante, cuando el precio de un producto aumenta (↑), la cantidad demandada baja (↓); asimismo, cuando el precio del producto baja (↓), la cantidad demandada aumenta (↑).
Existe una relación negativa entre la cantidad demandada de un bien y su precio.
Los factores que se mantienen constantes en esta relación son los precios de otros bienes y la renta del consumidor.
[1] Existen, aun así, algunas posibles excepciones a la ley de la demanda (ver bienes Giffen y Veblen).
Muestra cómo cambia la cantidad demandada de un producto durante un periodo específico en función de los cambios del precio, manteniendo todos los otros determinantes constantes.
Detalles y excepción más lejanos están dados en las secciones abajo.
Como ejemplo, durante la Gran hambruna irlandesa del siglo XIX, las patatas fueron consideradas un bien Giffen.
Las patatas eran el elemento básico en la dieta irlandesa, así que cuando el precio aumentó, tuvo un gran impacto en las rentas.
Un aumento o disminución en el precio de un bien así no afecta su cantidad demandada.
La ley de la demanda establece que, manteniendo todo lo demás constante, la cantidad demandada de un bien aumenta cuando su precio baja y disminuye cuando el precio aumenta.