[6] Es conocido como Cruzeiro do Senhor do Galo (Crucero del Señor del Gallo) y fue trasladado al Pazo de los Condes, actual Museo Arqueológico de Barcelos.
[7] En él se pueden ver grabados en una de sus caras las imágenes figurativas del ahorcado, sostenido por sus pies por el apóstol Santiago que evita así su muerte.
[5] Para algunos autores se trata de San Pablo, que cuenta con devoción local[6] y para otros de San Benito por sostener un bastón o báculo en la mano derecha y un libro abierto en la izquierda.
[8] Desde entonces en el imaginario popular existe una asociación incorrecta con estas piezas cerámicas muy coloridas.
El juez, habiéndose dado cuenta de su error, corrió hacia la horca y descubrió que el gallego se había salvado gracias a un nudo mal hecho.