Fue introducida por David I siguiendo el modelo monetario inglés y francés, por lo que cada libra escocesa se dividía en 20 chelines y cada uno de estos chelines, en 12 peniques.
Cuando Jacobo VI se convirtió en el rey Jacobo I de Inglaterra en 1603, el sistema monetario se reformó para equipararse al inglés, por lo que 12 libras escocesas equivalían a una libra esterlina.
En 1707, la libra escocesa fue reemplazada por la libra esterlina a razón de 12 a 1, aunque siguió utilizándose en Escocia como unidad monetaria durante la mayor parte del siglo XVIII.
Estos billetes son aceptados en todo el Reino Unido, pero en especial son vistos en Escocia, y tiene el mismo valor que las libras esterlinas del Banco de Inglaterra en Inglaterra y Gales.
Todo el papel moneda del país continúa emitiéndose en teoría como "letras de cambio", es decir como un cheque al portador.)