Se asienta en un hermoso y verde valle, especialmente idóneo para la agricultura, compuesto por trece barrios.
Cuenta con dos pequeñas calas, al abrigo del majestuoso monte Candina y la Yesera, que son: la de San Julián y la de Valdearenas (o Sonabia), si bien para acceder a esta última hay que hacerlo desde Oriñón, en Castro-Urdiales.
En este punto desembocan las aguas del Valle de Liendo, que en el breve curso recoge el río Rucueva junto a las importantes precipitaciones desarrollan esta cavidad en el subsuelo, donde las aguas se pierden en este sumidero al pie del monte de Candina, horadando y perforando las rocas en cientos de metros para salir al mar.
Su especial disposición ofrece diversos ecosistemas: encinar, robledal, aliseda o pastizal, donde habitan especies singulares dignas de protección.
[3] Cada verano es visitada por varias parejas de alimoche, que vienen desde África a criar en un clima más benigno.
Pero también pueden verse halcones peregrinos, águilas culebreras, chovas piquigualdas, cormoranes moñudos o garzas.
Conviene por tanto proteger y preservar este lugar tan próspero para la pervivencia de todas estas especies emblemáticas.
En torno a Hazas, la capital municipal, se agrupan los restantes doce barrios, todos ellos situados en el fondo del valle: Su notable valor paisajístico marcó su tradicional carácter de residencia veraniega, manteniendo hoy día una importante actividad turística a la que no es ajena la bella playa de San Julián.
[15] Junto al campo de fútbol se ubica una pista deportiva descubierta con un frontón.