En 1191 Sancho I el Poblador, rey de Portugal, propuso al rey Alfonso II de Aragón un pacto para hacer frente al reino de Castilla.
Alfonso II de Aragón, que aceptó la propuesta, comunicó al soberano portugués que deseaba que el pacto de alianza frente al reino de Castilla se extendiera al Reino de Navarra y al Reino de León.
[1] Mediante dicho acuerdo los monarcas firmantes se comprometieron a no entrar en guerra sin el asentimiento de los demás firmantes.
Alfonso IX de León, por su parte, firmó el tratado debido a que no confiaba en que su primo Alfonso VIII, rey de Castilla, le devolviese las fortalezas leonesas que el rey leonés le reclamaba, a pesar de que durante las Cortes de Carrión de 1188 el rey de Castilla se había comprometido a devolvérselas.
[2] Tras el acuerdo sellado en la ciudad de Huesca, los reyes de Aragón y Navarra invadieron el reino de Castilla, atacando el territorio soriano.