Al ser un joven adulta financieramente independiente, Smith tuvo libertad para dedicarse a sus pasiones, la música y la enseñanza, durante los siguientes cinco años.
Aunque no iba a misa y no se consideraba a sí misma religiosa, sus juveniles principios cristianos recibieron un fuerte desafío por la opresión e injusticia que vería allí, y es posible que esto asentara las bases de su posterior concienciación como crítica social.
Laurel Falls Camp pronto adquirió fama como institución educativa innovadora conocida por sus clases de arte, música, drama y psicología moderna.
Ganó rápidamente fama a nivel regional como foro de pensamiento liberal, cambiando por dos veces el nombre para reflejar su ámbito creciente.
En 1949, mantuvo su lucha personal contra el racismo en Killers of the Dream, una colección de ensayos que intentaban identificar, desafiar y desmontar las tradiciones, costumbres, y creencias racistas del Viejo Sur, advirtiendo que la segregación corrompía el alma.
Como reacción a Brown v. Board of Education, la sentencia que ilegalizó la segregación en los colegios, escribió Now Is the Time (1955), llamando al cumplimiento de la decisión del Tribunal Supremo.