Limbo (teología)

Aunque popularmente se entiende como un sitio «al que las almas van», desde el punto de vista teológico el concepto nunca estuvo completamente definido; era lo que en teología se conoce como teologúmeno.

Ampliamente difundida en el mundo católico, la idea del limbo para los niños llegó a convertirse en una doctrina populi católica bastante común, enseñada como tal a los fieles hasta mediados del siglo XX.

[1]​ El Magisterio como tal nunca se ha pronunciado sobre el limbo, sino que ha afirmado solamente, con Pío VI (1559 a 1565) (DS 2626), que tal postura no puede ser considerado exclusivamente como una simple fábula pelagiana.

Por esto es más apremiante aún la llamada de la Iglesia a no impedir que los niños pequeños vengan a Cristo por el don del santo Bautismo» (Catecismo de la Iglesia Católica, n.º 1261).

En el mismo se aclara que dicha misiva no pretende ser considerada en todas sus partes como un acto del magisterio católico.

Cristo en el limbo.