Morfológicamente son casi indistinguibles a los linfocitos grandes excepto por los gránulos que contienen.
Con el microscopio electrónico se caracterizan por sus gránulos y la estructura de los mismos.
Los gránulos líticos que se encuentran en el citoplasma de la célula NK, son lisosomas secretores.
Se localizan principalmente circulando en sangre y en el bazo, rara vez en otros tejidos.
[5] Además de este sistema liberan interferón y otras citocinas para desencadenar su respuesta inespecífica y destruir la célula que ha expulsado dicha sustancia, al verse atacada por una acción vírica.
Las perforinas desestabilizan la membrana del endosoma, liberando a las granzimas, que inducen apoptosis celular Debido a su capacidad de destrucción de células, se está estudiando usarlas como tratamiento contra el cáncer.
[2] Una vez que el sistema inmunitario específico se ha activado, los anticuerpos tienen un papel de activación de las células NK, pues estas también tienen función citotóxica (tóxicas para la célula).
Las células NK poseen receptores específicos para la región Fc de la inmunoglobulina G (FcγRIII).