Los restos corresponden a un único espécimen alojado en las colecciones del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología (catalogado con el número IVPP V 11309) que representa la especie tipo Longirostravis hani.
[2] Basándose en este espécimen, L. hani parece haber sido un ave "del tamaño de una codorniz" con un largo hocico ahusado levemente curvado en la punta con cinco pares de dientes cónicos.
Este hocico estrecho y largo puede haber sido usado para sondear entre el fango, una ecología similar a la de los modernos ostreros.
Las plumas estaba preservadas alrededor del cuerpo entero pero parecen haber estado ausentes en los pies y el hocico.
Como ocurre con otras enantiornites, la cola sostenía un único par de plumas alargadas.