Gracias a su implicación en estos acontecimientos, aumentó su patrimonio y consolidó su influencia en el reino de Córdoba, lo que le permitió fundar una nueva casa nobiliaria.
En 1371, el rey Enrique II le otorgó el señorío de Montilla en forma de mayorazgo, incluyendo sus términos, rentas y jurisdicción.
En 1377, Enrique II le concedió permiso para construir una fortaleza en Guadalcázar y establecer en ella a sesenta vasallos, consolidando así su señorío, al que también quedaría vinculado el lugar de Santa Cruz.
Contrajo matrimonio con Inés Oler de Lobos y Bahamonde.
Tuvo varios hijos, y su primogénito, Martín Alfonso de Córdoba Oler, heredó el señorío conforme al mayorazgo instituido en su testamento de 1409.