Lorenzo Goñi

Considerado uno de los mejores ilustradores españoles del siglo XX, su obra se caracteriza por una profunda originalidad, cercana al surrealismo, y una gran expresividad tanto en el estilo como en la forma.

La gran biblioteca familiar le proporciona un temprano contacto con la lectura, familiarizándose con los escritores de la época, en particular Pío Baroja, "cuya obra literaria me he leído hasta la última línea", confiesa Goñi.

Se aísla completamente, fuera del estrecho círculo familiar, y la timidez le vuelve incapaz para la vida social.

Goñi define su drama personal, vivido a una edad en que las impresiones son más fuertes e indelebles, como "la soledad del prisionero".

Su padre le inscribe en academias de pintura, donde dibuja bodegones y desnudos del natural.

De este segundo matrimonio, nacerá su hermano, con el que tendría escaso contacto en la edad adulta.

Conoce a Conchita, se casa con ella y cuatro años más tarde nace Inés, su única hija.

Si dibujaba una maleta, se adivinaba dentro el traje plegado, las camisas a rayas y hasta unos calcetines apretujados en un rincón.

Si dibujaba un hombre rico, se adivinaba su poder; si un pobre, se traslucía su miseria..."[3]​ Y su colega Serafín, en aquella antología titulada "Humor gráfico español del siglo XX": "Si fuésemos a hablar de Goñi, necesitaríamos, no este libro, sino la colección entera..." Goñi no reconoce particulares influencias artísticas.

Lo que no obsta para encontrar parentescos, familiaridades o asonancias en la historia de la pintura.

Se han señalado los casos de Brueghel, El Bosco, Arcimboldo, Goya, William Blake, Picasso, Barjola...

Archivo:I Tú Que Hos Fet Per La Victoria?.jpg
Lorenzo Goñi: I tú? Que has fet per la victoria? (cartel), 1936.