[2] Durante su juventud llegó a trabar amistad con el poeta Federico García Lorca,[3] manteniendo ambos una gran comunicación epistolar.
En poco tiempo, ambos personajes congeniaron y Martínez Fuset se convirtió en un hombre de confianza para Franco, siendo su verdadero introductor en la sociedad canaria.
Por ejemplo, el historiador Hugh Thomas señala que desde su posición como jefe del Cuerpo Jurídico Militar hizo poco por evitar el clima represivo que se impuso contra los republicanos tras el final de la Guerra civil.
[19] En buena medida, por esta razón también era la persona que le llevaba directamente a Franco las sentencias de muerte para ser firmadas.
[1] Sin embargo, tras la guerra Martínez Fuset no ocupó ningún puesto relevante en el régimen y en 1945 volvió a las Canarias, para ejercer el puesto de notario de Tenerife, para el que había sido nombrado en 1937, en plena Guerra civil.