[1] San Lorenzo Maiorano fue consagrado obispo de Siponto, Italia, en tiempos del Papa Gelasio I en el año 492 d. C. Lorenzo era pariente del emperador Zenón de Bizancio, o el emperador romano de Oriente, pues ambos tenían el mismo origen.
En un viaje a Constantinopla, el obispo trajo consigo reliquias de los santos Esteban y Águeda.
La primera, visita, el arcángel ordenó que la caverna fuera consagrada.
Durante el evento hubo signos prodigiosos y el Arcángel Miguel, se apareció de nuevo al santo obispo anunciándole que la ceremonia de consagración no sería necesaria, ya que él mismo ya había consagrado la cueva, y lo dijo de la siguiente manera:«Yo soy el Arcángel Miguel y estoy siempre en la presencia de Dios.
La caverna es para mí sagrada, es mi decisión; yo mismo soy el vigilante custodio…ahí donde se abre la roca pueden ser perdonados los pecados del hombre… Lo que sea pedido aquí durante la oración será dado.