Debe su nombre a una visita del rey Felipe II al municipio, en la cual un habitante del pueblo le preguntó que si tan poderoso era por qué no llevaba el mar al pueblo.
Más del 85 por 100 de la población se dedica a las actividades primarias.
El templo, del siglo XVIII, consta de tres naves: una central, con bóveda de cañón, y dos laterales dedicadas a capillas, siendo aquí las cubiertas a dos aguas.
La nave central queda rematada con un interesantísimo retablo de época tardobarroca.
La torre fue restaurada en el siglo XX y se le añadió el cuerpo superior de campanas así como el remate.
La calle tiene una buena amplitud, con trazado orgánico que, aunque se adapta a las condiciones topográficas, busca la linealidad de la vía.