Los niños de Leningradsky

Misha, uno de los niños, dice que su padre no le aceptó como hijo y que por eso le llevaron a un orfanato con dos años.

Sergiosha y sus hermanos se refugian entre las tuberías de agua caliente en las alcantarillas durante el invierno mientras otros duermen en los trenes o en la estación.

Todos ellos están enganchados a inhalar pegamento, beben vodka durante el día y duermen en casas vacías.

Los niños se pelean con mendigos adultos a los que menosprecian llamándolos holgazanes.

[1]​ El documental termina con Misha, de 13 años, diciendo: «Dios cree en la gente y la ayuda.