Fue pintado hacia 1750-1755, encontrándose actualmente en la Tate Gallery, Londres, Reino Unido.
Con realismo describe su apariencia natural y aparecen con sus trajes ordinarios de trabajo.
Emplea los medios de un boceto pero trata cada rostro con cariño, lo cual es coherente con las fuentes contemporáneas al autor, que señalan que sus criados le tenían una gran devoción.
Cada uno mira en una dirección distinta, sin revelar nada sobre sí mismos.
En los hombres se aprecia la evolución de la persona, desde el muchacho del centro de la parte superior, al hombre del centro del cuadro, al señor maduro de la esquina superior derecha, llamado Ben Ives.