Tras sofocar la rebelión, las fuerzas españolas se dispersaron por el Imperio inca, tomando puntos estratégicos y estableciendo nuevas ciudades.
Con la pacificación parcial del Imperio, los conquistadores recibieron tierras, marcando el inicio de la colonización.
Después fueron muriendo los soldados, salvándose únicamente el hermano de Lucas.
Según los viejos cronistas como los modernos historiadores, sostienen que el oro se perdió para siempre, pero no fue así.
Volviendo a Lucas, además que había concertado en Cuzco, con su hermano Francisco, participar económicamente en la sociedad de la conquista chilena exigiendo el 50 % de lo ganado, cuando Valdivia manda cinco hombres a pedir ayuda a los de Perú, al pasar por Arica los agasaja y les promete mandarle un barco con armas, caballos y enseres por valor de 12.000 pesos, y manda decirle a Valdivia que se los pague cuando pueda.
En este caso Lucas tomó partido por Gonzalo Pizarro y combatió en la batalla de Añaquito contra las fuerzas reales del virrey Blasco Núñez Vela.
Por este hecho perdió los rentables territorios que le fueron concedidon en el actual norte de Chile y sur del Perú.