Ingresó en la Academia de Viena en 1808, institución dirigida por Heinrich Friedrich Füger (1751-1818), un pintor de cierto renombre, perteneciente a la escuela neoclásica del francés Jacques Louis David.
Pretendían establecer las bases de la pintura sobre la religión y un buen trabajo artesanal.
Juraron permanecer siempre fieles a la verdad, de combatir el academicismo y resucitar por todos los medios el arte.
Ludwig Vogel, Johann Friedrich Overbeck, Franz Pforr y Johann Konrad Hottinger decidieron marchar a Roma, a donde llegaron el 10 de junio de 1810.
Estando en Roma, conoció a otros artistas, como el escultor danés Thorvaldsen, Koch (especie de tutor oficioso de los nazarenos) y Cornelius, que se les unió en 1811.