Tal fue su pasión que durante sus años en la capital británica, se hizo socio del Arsenal FC.
Casanova se mantuvo al frente del club durante diecinueve años, tiempo hasta ahora nunca igualado por nadie.
El conflicto bélico no sólo trajo la mancillación del nombre fundacional, también dejó unas infraestructuras derruidas e inexistentes.
Junto al Gran Mestalla (años 50), el gran legado que dejó para la posteridad fue el equipo formado por la delantera eléctrica, cuyos componentes vascos, en su mayoría, fueron repescados para la práctica del fútbol de los campos de concentración franquistas instalados en la capital valenciana.
Al margen de la política deportiva, que destacó por aquel Valencia eléctrico comandado por Asensi, Gorostiza, Mundo, Epi, Eizaguirre y Amadeo (tres ligas y tres copas), también cabe destacar la creación del equipo filial, Club Deportivo Mestalla, que abasteció de grandes promesas al primer equipo.