Se destacó por sus trabajos en salud pública, en psicología y en educación.
En el primer aspecto, desde 1933 hasta 1960, fue médico tratante y residente del “Manicomio Nacional”, que luego pasaría a llamarse “Hospital Psiquiátrico de Santiago”.
Sin duda, fue el primer médico psiquiatra chileno interesado activamente en el alcoholismo desde la perspectiva de la salud pública.
Sus trabajos incorporaron a los estudios epidemiológicos clásicos acciones intersectoriales preventivas en las cuales la salud, la psicología y la educación se combinaron para el logro de objetivos muy destacados para su época.
Su obra científica se expresa en una veintena de publicaciones entre los años 1947-1968, a lo que se suman numerosos otros documentos técnicos producidos durante su permanencia en la Sección Salud Mental del SNS de Chile.