En 1861 se convirtió en cadete en la Academia de Artillería y en 1862 ingresó en la Academia de Ingenieros Militares del ejército, siendo promovido a teniente en 1867 y destinado al regimiento de zapadores.
Continuó sus operaciones en casi toda la isla, bajo el mando del brigadier Martínez Campos, participando en aquellos años en 65 batallas, De regreso a la península, participó en las Guerras Carlistas bajo el mando del general Fajardo en el Ejército del Norte; se distinguió notablemente en esas batallas, y se hizo cargo de las posiciones de los carlistas en Monte Esquinza, San Cristóbal, Lorca y Lácar; por esa razón, fue nominado a la Cruz de San Fernando, y ascendido al grado de coronel del Ejército del campo de batalla por Alfonso XII.
El General fue galardonado con la Gran Cruz de Isabel la Católica.
En 1891 fue ascendido a Teniente General, sobre la base de su antigüedad en el servicio.
Por sus logros a lo largo de su carrera, fue galardonado con la Gran Cruz del Mérito Militar.