Los tutores privados les enseñaron idiomas extranjeros, matemáticas, historia y geografía.
Además, recibió clases de música, baile y equitación.
Luisa había vivido con su esposo entre Múnich, el Castillo de Hohenzollern o en Maria-Theresia-Straße 17 desde 1894.
En 1921, vendió la casa al nuncio papal en Alemania, Eugenio Pacelli, quien más tarde se convirtió en el papa Pío XII.
Luisa murió ese año a la edad de 89 años.