[2][3] Los primeros excavadores pompeyanos, guiados por la modestia estricta de la época, clasificaron rápidamente cualquier edificio que contenía pinturas eróticas como burdel.
El uso de un estándar más estricto para identificar burdeles [aclaración requerida] llevó luego a a una cifra más realista que incluye nueve establecimientos de una habitación y el Lupanar en VII, 12, 18–20.
Al igual que otros burdeles, las habitaciones del Lupanar estaban amuebladas de forma sencilla.
[5] Se han transcrito 134 grafitis hallados en el Lupanar Grande de Pompeya.
[10] Los hombres acomodados generalmente no visitaban burdeles debido a la disponibilidad de amantes o esclavas en casa.