En aquel momento, el yacimiento ya estaba dañado por la construcción de una instalación militar durante la Segunda Guerra Mundial.
En 1989 y 1990 se llevaron a cabo otras dos campañas de excavación, esta vez dirigidas por Stefan Karol Kozłowski.
Potencialmente, la zona podría albergar una vegetación de tipo sabana caracterizada por el pistacho.
El robledal podría haber estado más cerca del lugar de lo que está hoy.
[2] Más concretamente, se ha descrito como perteneciente al Horizonte de Casas Redondas Tauro-Zagros.