Esta carta constituye el documento más antiguo de la presencia del cristianismo en la Galia.
La primera comunidad cristiana conocida establecida en Lugdunum en algún momento del siglo II estaba dirigida por un obispo llamado Potino de Asia Menor.
En el siglo II, los césares se contentaron en gran medida con tratar el cristianismo como un problema local y dejar que sus subordinados lo resolvieran.
[3] Si, dado el caso, aparecían en público, se burlaban de ellos, los golpeaban o les robaban.
Cuando el gobernador llegó a Lugdunum, para no atraerse las iras del pueblo, volvió a interrogarlos frente al populacho, transformó la persecución popular en un juicio, sin seguir los procedimientos, maltratándolos hasta tal punto que Vettius Epagathus, cristiano y hombre de alto nivel social, pidió permiso para testificar en nombre de los acusados.
Esta solicitud fue rechazada y, además, el gobernador le arrestó cuando confesó ser cristiano (Hist.
Como ninguna de las bestias en ese momento le hizo nada, la llevaron nuevamente a prisión, antes de ser colocada en una red y arrojada a la arena con un toro bravo que la lanceó con fuerza.
[3] Este episodio se ha considerado como el principal de la fundación del cristianismo en la Galia.