[3] En los sepelios reales de Tanis se encontraron un total de cuatro máscaras funerarias, todas en oro, pertenecientes a los faraones Psusennes I (helenización del original egipcio Pasebakenniut), Amenemope (1001–992 a.
[4] C.), Sheshonq II (887–885 a. C.) y al general Uendjebauendjed (contemporáneo de Psusennes I).
La momia intacta del faraón portaba, además de la máscara, varias joyas (30 anillos, 22 brazaletes), cubrededos, amuletos, sandalias y un manto: todo en oro.
[7][8][3] Pero el Egipto del siglo XI a. C. ya era incomparablemente menos rico y poderoso.
[7] Debido al clima más húmedo y lluvioso, los yacimientos del Bajo Egipto no son tan abundantes como los del Alto Egipto, cuyo ambiente seco y desértico permite la conservación incluso de materiales perecederos que habitualmente no se conservan, como madera, cuero, textiles, papiro, alimentos o las mismas momias... pero incluso con su menor riqueza las tres tumbas reales de Tanis son las únicas que se han descubierto prácticamente intactas, además de la de Tutankamón.