De hecho, es la variedad más grande del mundo, según la CONABIO.
Sin embargo, en una investigación de 2010 se detectó la alta «erosión genética» que ha venido sufriendo esta raza criolla en los últimos años, lo que ha acortado su tamaño y, en consecuencia, su cultivo.
[3] El Jala crece en un suelo muy húmedo y fértil, debido al cercano estratovolcán Ceboruco.
El ganador del 2019 fue el productor Jesús Elías Díaz, quien orgulloso presentó frente a todo el pueblo su enorme mazorca de 43 cm.
[4] Esta y otras variedades de maíz criollo tienen especial importancia para las comunidades indígenas de Nayarit, como la cora (náyeri) o la huichol (wixárika), que en la época precolombina seguían un culto al maíz.