Allí estudió en 1946–1950 bajo la dirección de von Vegesack, y formó parte en 1948–1950 del Teatro Dramaten.
Su segunda actuación cinematográfica llegó con Miesmalli (1944), aunque fue criticada por su falta de técnica interpretativa.
A pesar de ello, rodó otras dos películas, Onnelliset (1954) y Mä oksalla ylimmällä (1954).
Siguiendo el consejo de Gigli, Maaria Eira viajó a Roma para completar su formación como cantante.
En 1954 Eira conoció a la soprano italiana Toti Dal Monte (1893–1975), que trabajaba como profesora de canto.