Estuvo casado y tuvo varios hijos, pero su matrimonio fue tormentoso; su esposa, durante las investigaciones de los homicidios y el posterior juicio, declararía: ...se siente superior a todo aquel que lo rodea.
Por último, entró a trabajar como policía preventivo, bajo el nombre falso de Fernando Ramírez Luna, fue en este tiempo que aprendería las claves básicas para detectar al culpable de un crimen (como las huellas digitales), estos conocimientos posteriormente los aplicaría en sus propios crímenes.
Eran las 11:30 p. m.., para cuando ambos arribaron al hotel, Alcalá, quien pagó la habitación, se registró bajo el nombre falso de Fernando García.
Ya estando instalados en la habitación, Alcalá y González mantuvieron relaciones sexuales; posteriormente Julia González exigió el pago acordado por sus servicios, Alcalá se negó, él desde un principio tenía claras sus intenciones.
Después de ser arrestado Macario Alcalá, declararía fríamente cómo había asesinado a Julia: «La sujeté para amedrentarla así» (dramatizando físicamente la escena ante la policía) «con la mano derecha, girando los dedos hacia la derecha de su cuello.